[Opinión] Una gestión sin rumbo: errores políticos y desinteligencia en La Higuera

La comuna de La Higuera sigue estando en una situación crítica, no solo por la herencia de caos financiero y administrativo que dejó Yerko Galleguillos, sino también por la débil gestión de la nueva administración encabezada por Uberlinda Aquea. Lo que debería ser un mandato marcado por un cambio real en la gestión, parece estar dando vaivenes en medio de decisiones cuestionables, falta de liderazgo y una alarmante desconexión con el mandato ciudadano.

Una de las señales más claras de esta desorientación es el viaje de la alcaldesa a Santiago para reunirse con la contralora general de la República. Aunque se esperaban gestiones que mostraran independencia y fortaleza política, sorprendió la presencia del senador Matías Walker como parte de su delegación. Walker, del Partido Demócrata y de perfil centro derechista, nunca se pronunció sobre las irregularidades de Galleguillos ni mostró apoyo en los momentos más críticos para la comuna. Entonces, ¿por qué Uberlinda lo eligió en una instancia tan relevante? Esta decisión, además de ser políticamente inexplicable, muestra una falta de claridad en su proyecto y deslealtad hacia quienes la respaldaron en su camino al municipio.

En contraste, figuras como el senador Daniel Núñez (PC) y el diputado Daniel Manouchehri (PS), ambos cercanos a su sector político y quienes sí se posicionaron de manera crítica frente a las gestiones de Galleguillos, fueron ignorados. Esta desinteligencia política no solo desilusiona a quienes esperaban una gestión alineada con los principios progresistas, sino que también mina la confianza en la capacidad de la alcaldesa para construir alianzas estratégicas que beneficien a la comuna.

A esto se suma la designación de Pedro Castillo, exalcalde de Combarbalá, en el departamento de Salud. Castillo, quien no pudo repostular al cargo y renunció anticipadamente para ser candidato a diputado por la región este 2025, tiene un historial que genera suspicacias y cuyas acciones están siendo resueltas por la actual alcaldesa de esa comuna. Su cercanía con Walker y su creciente influencia en la municipalidad de La Higuera han hecho que muchos se pregunten si él, y no Uberlinda, es quien realmente está gobernando. La presencia de Pedro Castillo en el equipo solo ha debilitado aún más la figura de la alcaldesa, generando una mayor percepción de debilidad política. En vez de priorizar perfiles técnicos con experiencia comprobada y desvinculados de intereses políticos externos, la alcaldesa parece haber optado por un camino que privilegia amistades sobre las necesidades urgentes de la comuna.

La falta de claridad no termina ahí. En el mes que lleva en el cargo, Uberlinda Aquea no ha presentado ninguna querella contra Galleguillos ni iniciado sumarios administrativos para determinar responsabilidades. Las promesas de cambio y justicia se han reducido a la continuación de una inercia que sigue beneficiando a quienes contribuyeron al descalabro municipal. Para agravar la situación, el reciente fracaso de la votación en el concejo municipal para aprobar una auditoría externa demuestra la falta de preparación política de su equipo. No anticiparon los escenarios, no aseguraron los votos necesarios, y el resultado fue un revés que dejó en evidencia una preocupante falta de manejo y estrategia.

Una de las decisiones más incoherentes de la nueva administración ha sido mantener la estructura que Galleguillos diseñó para la municipalidad, sin realizar cambios ni en la organización ni en los funcionarios. Al seguir con el mismo equipo, Yerko Galleguillos sigue teniendo presencia en la comuna, proyectando su influencia a través de las personas que aún se encuentran en puestos relevantes, sumado a que la mayoría del concejo es leal a él. La errónea lectura de los asesores, al considerar que Galleguillos “ya no es un tema”, ha hecho que la nueva gestión dependa de su figura, ignorando su responsabilidad en la crisis financiera y judicial que afecta a la municipalidad. Mientras tanto, funcionarios de la administración anterior, como el Jefe de Finanzas, continúan en sus cargos, a pesar de estar involucrados en esos problemas. En lugar de tomar decisiones firmes para marcar un antes y un después, la nueva gestión parece paralizada por el temor o la incapacidad de actuar.

Todo esto se suma a los problemas de su equipo asesor, especialmente en el área jurídica. Aquea llegó al municipio con un grupo de colaboradores que parecen carecer del conocimiento técnico necesario para abordar la compleja realidad del municipio. Los avances en las tareas que se les encomendaron son prácticamente nulos, y su inexperiencia se ha convertido en un obstáculo más para la gestión municipal. Además, hay quienes señalan que sus asesores desestiman ideas valiosas que podrían marcar la diferencia, ya sea por arrogancia o por una preocupante incapacidad de escuchar. Este ambiente de desconexión y torpeza estratégica no hace más que profundizar la percepción de un mandato sin rumbo.

Por otro lado, el Partido Socialista, en un intento por fortalecer su presencia en La Higuera, está presionando a la alcaldesa para que conforme una dirección comunal, lo que podría ayudar a consolidar su liderazgo político. Sin embargo, esta tarea no está exenta de conflictos: voces dentro del mismo partido en La Higuera y en la región, han manifestado su descontento con la forma en que Aquea ha llevado la gestión hasta ahora, sumando otro frente de tensión que debe resolver si quiere mantener el respaldo de su base política.

Uberlinda no debe olvidar que la comunidad no votó por una continuidad disfrazada ni por decisiones políticas que beneficien a sectores que nunca defendieron los intereses de la comuna. Además, debe recordar que, sin las denuncias y el trabajo que destaparon las irregularidades de Galleguillos, hoy no estaría en el cargo.

Es tiempo de que la alcaldesa defina si gobernará para La Higuera o para intereses externos. La comuna necesita acciones contundentes, transparencia y liderazgo verdadero, no más desinteligencias que pongan en riesgo el futuro de quienes confiaron en un cambio real.

Miguel Torres Romero
Ex alcalde de La Higuera
Cientista Político
Mg. (c) en Investigación Social
Universidad de Buenos Aires